Durante 2010 protectoras de animales y ayuntamientos españoles recogieron hasta 400 perros y gatos cada día. 109.074 perros y 35.983 gatos fueron abandonados por sus dueños; aquellos que, meses antes, se habían deshecho en sonrisas con la llegada de un nuevo miembro de la familia.
Pasea, come, se pone enfermo
El estudio sobre abandono de la Fundación Affinity señala que las pocas protectoras de animales que no están gravemente saturadas tienen una ocupación del 90 por ciento. Aunque los datos de 2010 -últimos definitivos- apuntan a un descenso del abandono animal en España, nuestro país siguea la cabeza de irresponsabilidad con las mascotas en toda Europa.
¿Por qué? A cuestiones culturales -prácticas de caza con perros que llevan en algunos casos al abandono del animal cuando pierde cualidades, por ejemplo- habría que unir -400 abandonos por día así lo indican- un desconocimiento por cierta parte de quienes deciden poner 'una mascota en su vida'.
Un perro es el mejor regalo que puede hacerse -vitalidad, alegría, saludables paseos y alguna noche en vela están garantizados- pero no es un juguete. Necesita de tres a cuatro paseos al día, se pone enfermo, no descansa por vacaciones -y no todos los hoteles aceptan mascotas- ni cuando hay bodas, viajes de trabajo o escapadas de fin de semana y, con suerte, pueden acompañarnos más de 15 años.
Por eso, antes de decidirse a tener un animal en casa es necesario pensar bien si se le podrán dar los cuidados que necesita y, sobre todo, si se está dispuesto a sacrificar cierta parte de libertad a cambio de los ladridos diarios. No es obligatorio tener perro o gato y la mayoría de los niños que piden un perrito a los Reyes Magos no es consciente de lo que va a suponer ni asumirá el cuidado del animal.
Que los abandonos se disparen al comienzo de las vacaciones de verano y de Navidad dice mucho de la responsabilidad de quien ha asumido libremente el cuidado de otro ser vivo y las historias que dejan -perros mutilados por atropellos que vagan agónicos por caminos rurales, animales sucios que buscan con desesperación algo que comer o alguien a quien acercarse y, en muchos casos, machos adultos que pueden ser agresivos y crear problemas de seguridad- hacen pensar que las leyes de cuidado animal necesitan una urgente reforma que castigue las conductas incívicas.
Mientras tanto la responsabilidad individual es la única herramienta para conseguir que descienda la cifra de abandonos.
fuente: Intereconomia.com
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