Según indicaron, el estudio se basa en mediciones de temperatura tomadas por la estación estadounidense de la región Byrd, situada 1.530 metros sobre el nivel del mar en el oeste antártico. Además, se indica que la temperatura ha aumentado 2,4 grados centígrados desde 1958.
Sin embargo, los datos son incompletos, por lo que los registros se consideraban como poco fiables para establecer tendencias a largo plazo, según aseguró el grupo de investigación de la Universidad de Columbus dirigido por David Bromwich.
En esa zona, las temperaturas no suben de los 10 grados bajo cero, por lo que el calentamiento no conlleva un gran derretimiendo de hielo. Aun así, los datos arrojan temores sobre la estabilidad del hielo en la costa. Pequeños aumentos de temperatura suponen en esa zona la rupturas de placas de hielo y un mayor derretimiento del hielo del mar.
fuente: Latercera
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