Un nuevo robot llamado WheeMe se encarga de darnos masajes para que nos relajemos después de un duro día de trabajo.
Los robots están tan insertados en nuestra sociedad actual que son muchas las acciones que dejamos en sus manos, y sólo nos encontramos en el inicio de una nueva era de la robótica que posiblemente evolucionará de manera espectacular en las próximas décadas. Poco a poco los robots están cada vez más en nuestro día a día y la empresa DreamBots quiere ahora que se instalen en nuestro hogar mediante el WheeMe, un pequeño dispositivo que se encargará de darnos masajes.
El WheeMe tiene un objetivo claro y no es el robot que revolucionará este sector, pero si se comercializa a un coste coherente podría comenzar a verse en los hogares de personas de todo el mundo. Su finalidad, como indicamos, será la de dar masajes y hacer que nuestro cuerpo se relaje. Sus creadores reconocen que disfrutar de masajes, más allá de los que nos podemos dar en sillas y sofás especiales, ir a lugares donde nos proporcionen este servicio es algo que no resulta posible para todas las personas. Los masajes profesionales están considerados aún un pequeño lujo y lo queramos o no, nos los reservamos para vacaciones o días especiales. ¿Pero y si pudiéramos disfrutar de los masajes de forma diaria y sin pagar nada a cambio?.
Este es el concepto del WheeMe, el pequeño robot especialista en masajes que nos relajará, nos renovará y hará que nos sintamos muy bien con nuestro cuerpo. Tiene un tamaño muy reducido y dispone de un sistema de tecnología de sensor de inclinación que le permite colocarse por encima de nuestro cuerpo y no caerse cuando está moviéndose por el mismo. El sistema es más avanzado de lo que podríamos imaginar y garantiza, al menos por lo que dicen sus creadores, la relajación absoluta.
¿Qué necesita el WheeMe para funcionar?, menos de lo que pensaríamos a primera instancia. Lo primero son tres pilas de tipo AA, algo fácil de conseguir y no demasiado caro. Si tenemos pilas recargables daremos por cerrado el problema y podremos tener al robot trabajando al máximo en todo momento. Lo segundo que hay que tener en cuenta es que el WheeMe no necesita que lo coloquemos en una posición o lugar exacto ni que hagamos nada con él para que empiece a masajear. Es lo suficientemente inteligente como para que, cuando lo pongamos en nuestro cuerpo, pueda avanzar y relajarnos siguiendo los patrones con los que ha sido programado.
No es el masajeador extremo ni definitivo, pero el WheeMe nos dejará unas buenas sensaciones tal y como aseguran sus creadores, y es muy probable que comencemos a verlo pronto en las tiendas para que se instale entre nosotros en este año 2013.
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